lunes, 12 de abril de 2010

EL RELOJ

(en cuatro actos)



Acto I: Lo que parece

No quiero contar los meses, ni los años.

Sólo cuento los amigos y los placeres.

Unos quieren los derechos sin deberes.

Otros dicen que las leyes le hacen daño.



Unos dicen que el reloj se está rompiendo.

Otros dicen que es la noche, que confunde.

Otros gritan: ¡Este barco no se hunde!.

Otros dicen lo que diga el viento.



Hay un eje que parece una cadena.

Hay un ciclo que nos parece un abismo.

Hay una Gran Vida que merece la pena.



Una metáfora. Un reloj. Un espejismo.

Las agujas que despeinan su melena

están ahí siempre hablando de lo mismo.







Acto II: Lo que es

Doce horas con sol. Doce sin él.

Un círculo en sesenta por sesenta.

En el teatro de la vida no hay reventa.

Y la recta en realidad es un cordel.



Que ahora pueden ser las tres.

Que a las seis tengo una cita

con la antes fue chiquita

y ahora es toda una mujer.



Hasta la primavera se marchita.

Hasta el día pierde su sol.

El tiempo lo da quien lo quita.



El cuco ya está cantando su canción.

Vestidos, ciclos, la flor, risitas.

¡Que vida tan bonita!, ¡En verdad es un Reloj!.



Acto III: Lo que quiere

De sol, de arena, de agua, con pilas.

Latir del triste corazón del mundo.

En todas partes, en lo más profundo.

Sacando al hombre de lo que fue un gorila.



Poniendo arrugas en lo que fue una cara.

Y un boticario en lo que fue un camello.

Mandando cartas, sin sobre ni sello,

A decir que este reloj nadie lo para.



¿Qué haces del bebé?. Un abuelo.

¿Y qué haces del futuro?. Una historia.

¡Pones calvas donde un día hubo pelo!.



Y haces de la vejez tu enorme Gloria.

Yo era un niño que tenia su caramelo.

Y tú, reloj, quieres bajarme de la noria.







Acto IV: La metáfora del traje

Eres el traje de mi amado Padre.

Digamos que el volumen es su cuerpo.

Tuvimos que vestirnos con un Tiempo.

Cancerbero siempre gana. ¡Que no ladre!.



Hace falta un sastre que lo mida.

Que nos diga que un botón es un minuto.

Que repitan la lección los institutos.

Que nos cuenten los instantes de una vida.



Si él estaba o lo cosimos: No sabemos.

Tal vez sólo le asignamos un patrón.

Un principio para el mundo: Imaginemos.



Hay esferas pululando alrededor.

Es hermoso este vestido, más o menos.

En verdad no es un vestido: ¡Es un reloj!.



(Mr Nío Blackwood)

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