Pintemos un futuro,
dibujemos su contorno.
Dediquemos una emoción
resguardada en el misterio de lo oculto.
Y una vez hecho.
Volvamos a pintarlo.
Por que sólo al terminarlo,
sabremos que debemos
pintar un nuevo futuro.
Una nueva visión.
Una nueva emoción.
Destacada a través
de la ventana de
nuestro olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario