Noches de sensaciones perturbadas,
recuerdos de días pasados
emborronados en el ayer
por noches enegrecidas por el alcohol.
Despertares somnolientos
abrumados por la pestilente bazofia
que erupta sin reparo del estomago.
Destrozos malolientos de pasajeros
que vomita tu vida con el reparo
de un ser sin presente, sin esencia y sin olvido.
Somos los número uno de las bibliotecas
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Efectivamente, los filósofos somos los primeros en las bibliotecas. O, para
ser más exactos, somos los número uno, porque los primeros son el cero
(000),...
Hace 2 semanas
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